Tjukurpa

netbook. Libro experimental. Film. Documental. Performance. Música... cr∞er. Este proyecto es autobiográfico y biodegradable. En él, hay incluidas historias escritas, cuentos, poemas, vómitos y ficción, para qué en su desarrollo, la bio solo sirva para su propósito. Algo que explicar.

domingo, 6 de marzo de 2011

36 > Alguien tiene tiempo para el arte? What´s a trip!!

Dividido no vencerè. Algo más que roto y buscando entre piezas que no encajan. Llevo años esperando encontrar una salida a este infierno desolado de presente. La inmediatez nos catapulto a la mierda innata del ser humano, su autodestruccion. Llevo tiempo aletargandome y llevandome al pasado por mis sueños. No hay donde encontrarme. La division es y era clara. Me es más que dificil esperar que redima mi pasado de payaso egocéntrico con la esperanza de cambiar ESTO. Aunque en mis recuerdos sin reconstruir a mi gusto, todos los links me llevan a diferentes puntos de la irrealidad en la que viviamos antes de lo intransferible. Ya no hay nada. No queda nada. Ni para enterrarlos en su falso y estercolero dinero. Ahora, el papel solo me sirve para hacer una pequeña hoguera. Dormir. Buscarme.
Sueño. Dios es infausto y el hombre definió mal la interpretación del hombre.  Siempre dije que la política era el pensamiento de la mujer corrupto por el hombre. >Busco. Demasiado tiempo.


Al principio. Existió la evolución que llevó en su largo camino miles de transformaciones para aparacer en él, el ser humano. (#ElimINa PasaDOs ObsOLEtoS#). Años llevó y mejor no contarlos y entre todos los seres humanos, apareció uno. Uno de visión, unidad, ser, espíritu y alma. Vió y explicó. Aunque la gente - ente - ente, llegó solo a comprender dentro de su llana comprehensión, y en ella, pensaron, que la verdad de las verdades se escondía y tenían que profesar e inculcarla. Aunque (& van 2) las palábras y el pensamiento inculcado y errático de esos otras personas llevaron a entender y profesar un miedo primario y exigente: La verdad SOLO la puede tener alguien como él y, por tanto, él, es hijo de DIOS. De ahí lo imponente y radical de las palábras. De ahí las leyendas, las mitologías, las mentiras o verdades interpretadas para el uso de la razón inmediata. Y salieron libros escritos por diferentes hombres, escritos por la vida de ÉL hombre que caminó y experimentó hablando y creando su visión. Los OTROS, difuminaban y hacian corruptas sus palabras cuando su interpretación y percepción de la misma no estaba aún liberada. Yummmmmmm. ¿Qué tenemos aquí? Hasta ahora, una realidad i-rrelaidad del supuesto presente identificado como realidades paralelas y difundidas para la pobre comprehensión del hombre. Todas la mentiras, al tiempo, son tan mayoritarias como una pequeña molécula que se quiere convertir en el azar.  Sueños. Divago.

lunes, 3 de enero de 2011

35,5 > Limbos, Noise emocional y encuentros en la 3era fase

Era el hijo de papá. Dedicado a su amor. A su ilusión. A su vida. Son recuerdos. Estoy sentado en el sofá. Roto. Hecho pedazos. Las imágenes vienen desembocadas, gritando sin orden, color o posición.
Estoy sentado en la mesa de delineación intentando hacer una curva perfecta de mierda sin que se manche el papel vegetal... !!!!¿Qué mierdas hago yo aquí?!!!!
Está borracho otra vez y se esconde de mí. Lo huelo. Lo siento. Me estoy separando.
Quintana me vuelve a enseñar sus alucinantes dibujos... aún tiene que separarse de Juan Gimenez, aunque ahora mismo, es la mayor influencia para todos sobre todo el diseño de ciencia ficción.
tengo 13 años y mi padre me lleva a casa de unos amigos. Dice que va a hacer un trabajo con ellos. Me presenta, se presentan. él parece majo. Es una persona humilde, con su familia. Le queda poco pelo en la cabeza. Oigo hablar a mi padre. De golpe me pongo en tensión. Ya conozco esa energía. Está mintiendo. Mintiéndoles. Me está usando para sacar algo. !Fuera! Salgo de mi cabeza.
Hoy tenemos un partido fácil. Estamos tranquilos. Hace un buen día. Miro a las gradas y mi padre está sonriente con una cerveza junto a los otros padres. Oigo el sonido del bate al golpear la bola. Mierda! megiroestabaenlasnubesylabolamegolpeaenlacabeza. Out.
Estamos dibujando en las ramblas. Como muchas mañanas.
- dibuixa aquella senyora que está sentada al banc.
- voy. - Dibujo rápido. De eso se trata. él siempre consigue trazos más claros en poco tiempo.
- Més rápid. Capta la esencia.....

-----capta la esencia.

Hay un "trabajo" de comic para la escuela. No le doy mucha atención pero me tienen dicho que saque provecho de mi arte y saque pasta. Le explico de que va la idea a mi padre. Le dá igual. Hago tres viñetas. Tres viñetas que cambiarán mi vida. El director es un jodido facha. Solo quiere "proponer" en versión comic, que nosotros vayamos arreglados y sin malas pintas.Osea, nada de heavies, góticos, etc.. nada de hombres con pelos largos, tachas, etc... Me lo tomo en coña. Hago un sin caso y me dedico a acabar en tono de humor tres viñetas sobre sus normas. Gano 1000 pesetas. Quintana y los demás se me echan al cuello. Yo le quito importancia. Me da igual lo que piense. él me grita, se enoja, flipa de que yo haya hecho algo así. Los demás ni me hablan. Voy para casa. Estoy derrumbado. Quemo el dinero.

........capta la esencia.

Me publican en Cromo y fuego. Voy cambiando. Mi estilo se identifica aún más con el rock and roll. uno de mis primeros "discos" fueron un cassete de Elvis, un single de pipi Langstrumm y el single de Pop tops de "oh mamy blue".  Después me dan los mejores consejos para entintar mis páginas de comic. No es mi padre. él no sabe que estoy aquí.

estoy en casa esperándole. Está a punto de llegar. Abre la puerta y me vé. Pero no me mira. Voy de negro. Con una camisa rota, sin mangas. Me quito la gasa y le muestro el tatuaje que me he hecho. Es un dibujo mio, el gato, uno de mis personajes, con el contrabajo. Al tatuador le encantó el dibujo y la idea. Recuerdo que me lo hizo en un momento. Nada de daño. Emocionante. Interminable por dentro. Más tarde sabría porqué. Mi padre vé el tatuaje. No me vé a mi. El odio aparece en su rostro.

Cambio.

Llegamos de la misa. Yo no queria ir. Me "obligan". Por respeto dicen. Silencio. Amigos y conocidos hablan conmigo. Yo no oigo nada. Solo capto las energias de consuelo, culpa, juicio y amor de entre todos. Estoy en casa, sentado. Mi "familia" pasa una a una preguntándome que hacemos con las cosas. (yo vivía con él-dejar pasar tiempo-ratas-mierda de vida-meteros el dinero donde no teneis vida)
Lo cogieron todo. Claro está, preguntando primero si yo lo quería... no gracies. Me dejan solo. Yo, los muebles y un hacha.

MelevantogritocojoelhachaclavorompodestrozocadaunodelosmuebleslasparedeselsuelolasluceslacocinagritoGRITOGRITOOOOOOOOOOO!!!!!!!

Entra mi tio. O Paco, no lo sé. Me da igual. Sus ojos parecen dos platos. La casa está destrozada. Yo estoy sentado en el sofá cabizbajo. En lo que aun se aguanta de la mesa del comedor, hay un hacha clavada hasta el fondo.


..............capta la esencia.








Pasan tan solo unos meses. Es Sant Jordi. Su santo. No creo en santos. El católico era él. Hay un concierto gratis en l´Hospitalet. Los Rebeldes actuan. El primer día que salgo. Para allá vamos!
Buen concierto, lleno de gente. Empieza a llover. Estamos hechos un asco. La laca y la lluvia hacen un estupendo bodegón del tupé que llevaba. Nos reimos. De golpe viene corriendo Jose, estan pegando a unos xavales que conocemos. Ellos tienen 16 años, nosotros 18, Los que les atacan, son unos hombres, de 27 adelante. Todo sucede muy rápido. Yo separo al atacante del xaval. Buena idea, fantastica! Ahora me cogen a mí. Son muchos y golpean bien. Me dá en el labio. Me lo parte. Caigo y me levanto. Me vuelve a golpear. Me levanto. Ya no sé cuantos golpes más recibo. Yo solo me levanto. El xaval se ha podido ir. Oigo a uno, que se hace llamar "colega" y me dice que me vaya. Que me pire de allí. Yo lo oigo, pero no lo capto. Estoy en shock. Me apoyo en la barandilla de protección. Me vuelvo a levantar.
Siento un vacío en mi cuerpo. Mi alma está gritando. Me despierto. Veo el puñal saliendo de mi costado atravesando hasta la chaqueta de cuero. Sangre. Alguien me empuja. Caigo. Esta vez de golpe. Alguien me recoge. Es mi amigo. A él también lo han apuñalado, pero en el brazo. Nos agarramos y caminamos sin dirección fija. Salir. La gente grita, mira, flipa, flopi, flipi-la gente....
llegamos a una ambulancia. Hospital. Me dicen que me quede levantado. Noise. Me hacen unos rayos X. Me desmayo. Ciao.

Despierto. Han pasado unos dias. Ni idea. Amigos, familia... de todo vaya. Solo unas palabras que me marcaron. Más allá de las palabras. El doctor me dijo - medioenbroma- que me salvaron de una muerte segura. Que lo estuve durante unos segundos inciertos pero me recuperaron. Y. Que me salvé porque al llevar la chaqueta tejana sobre la de cuero, esos cm. de más, ayudaron a que la navaja no llegará a traspasar del todo. (que dice???-yo por dentro- yo ví la puta navaja salir por mi cuerpo!) me callo. No digo nada.

Curiosamente cierto: NUNCA. Nunca en mi vida había llevado la chaqueta tejana encima de la de cuero. Never. Era una especie de moda y yo pasaba. Aparte, no era mi estilo. Ese día, precisamente el día del santo de mi padre, al vestirme, sentí que debía ponermela. That´s ....!

En esa cama del Hospital, estaba solo. Silencio.

martes, 28 de diciembre de 2010

35> Ivraie //...(Final 1 Temporada)

- Para flipar macho. Te lo juro. Ayer estuve navegando de un lado a otro hasta dar con una Web de modificación corporal extrema de Japón. Tendrías que verlo. Yo creo que me han hecho viejo a los treinta y siete. ¡Joder! Implantes quirúrgicos de anillos y puntas de acero dentro de la puta piel. Lenguas partidas como si fueran una serpiente. ¿Sabes que hasta la polla se la parten en dos?
-  Esos ya tienen solucionado el problema de relleno de dos agujeros a la vez.
-  Si macho. ¿No creerás de verdad que se empalme por doble? ¡Que coño! Si también se deforman el cuerpo como un alíen salido de la mente de un perturbado o se amputan los dedos de las manos para colocar un implante de metal. Y no tiene nada que ver con una prueba de honor y fidelidad de un yakuza marcado por su clan.
-  Unos lo pierden y otros se lo quitan por gusto.
-  ¿Lo puedes creer?
-  Mira Juan. Estamos con mierda hasta el cuello. Nos están presionando por todos los lados. Ahora mismo me preocupo por reunir todos los jodidos restos de estos cuerpos. ¿Cómo podían vivir con tantas cucarachas? Qué puto asco.
- Para ascos échale una mirada al cuerpo de la mujer que encontramos debajo de los escombros. Yo diría que estaba muerta antes de que se le cayera el techo encima. Espera. Por ahí viene el detective Barroca.
-  Hola Romeo.
-  A la mierda Barroca. Conmigo atente a notificarme lo que sepas de nuevo del caso.
- Perdone…… Señor Pedro.
- No, si…
- Mirar, si os sirve de algo, ayer noche asesinaron de un disparo al dueño de un bar de aquí al lado. El arma homicida pertenecía al muerto y hemos encontrado huellas en la escopeta que no le pertenecen. ¿No se si habéis encontrado algo sospechoso en los restos de estos cuerpos?
-  Míralo tu mismo - Guié al detective, junto a Juan, de vuelta a los escombros.
-  ¡Joder!- exclamó Barroca- Había visto mucha mierda por el Raval, pero ¿de donde coño salen tantas cucarachas?
- Eso no es lo peor. Nosotros diriamos que eran tres mujeres. Aunque estamos aún lejos de certificarlo. Hay restos de muchos más.
- ¿Cuantos?
- Ya te digo. De momento te puedo decir, que de los más frescos, hay tres. Y son mujeres. Eran.

»A comienzos de 1981, un californiano de paso en París le dijo que estaba buscando grupos para hacer un CD de heavy metal en homenaje a Charles Manson. Decidió probar suerte una vez más. Vendió todos los estudios, cuyo precio se había cuadruplicado, y se fue a vivir a Los Ángeles. Para entonces ya tenía treinta y un años, oficialmente veintinueve; seguían siendo demasiados. Antes de presentarse a los productores norteamericanos, decidió quitarse otros tres años. Físicamente, era perfectamente posible echarle veintiséis.«

Se apoderaba de mí un ansia indescriptible por evaporarme, por no sentir nunca más el dolor y el hambre física que no podía colmar debido al insomnio y el cansancio consecuente. Mi mente se desperdigaba en el aire como cuando éramos uno y multitud; pero sin serlo. Y este nuevo confinamiento no albergaba ningún resquicio de poder soportar la presión.
..........................................

lunes, 27 de diciembre de 2010

34> Todo final tiene un principio, y todo principio...

La llovizna hace rato que parece haber cesado.
Lucinda mira de nuevo esta ciudad pero la ve como si fuera una extraña.
No sabe como, pero ha vuelto de alguna forma. Se deja caer lentamente apoyada en una columna hasta quedar sentada sobre el pavimento con la mirada desolada. Mira alrededor y recuerda perfectamente la Plaza Real como si no hubieran pasado ni cinco segundos desde que estuvo aquí por última vez. El sonido entonado de un acordeón aparece relajado en sus oídos como regalo de nuevo nacimiento. Al acabar una melodía vestida de ternura sin consuelo, el músico, un hombre de ojos cansados y con una barba llena de canas, no puede sino ofrecerle una canción a la lágrima que asoma por Lucinda.

     - Te voy a cantar mi tanguillo de soledades - dice apretando las teclas otra vez con suavidad e inquieta armonía.
< Recuerdo su mirada. En mi mente. Lucinda está en su mente, o posiblemente en la mía. Y él es mi padre. O el recuerdo de él en un imaginario futuro abstracto. >

"El chuloputas quiebra la esquina del desespero
todas trabajan para él
sus manos rascan el fondo de sus bolsillos
hoy no es la noche
y tampoco lo fue ayer
Maria tiene solo dieciséis años
y su embarazo es producto de la estupidez
ahora sujeta la farola
dando sombra a sus seis meses
y esperando que se acorte el tiempo
silba canciones recordadas en la niñez.

En un rincón, de pie, fumando
Dolores, el travestí de la edad de oro
viste de extremo encaje y tacones altos
bragas  sabor a miel  y largas uñas rojo pardo
moratones en su cara
sus piernas rajadas
con el cuerpo maltratado
y una navaja con el nombre del cabrón.

Un borracho sale del bareto
con la botella de aguardiente bajo el brazo
dando gritos que les recuerda el hastío
de las noches que han pasado en blanco
muy de pronto la Virgen se le aparece
y señala con censura su embriaguez
y el borracho vocifera ¡pelotuda!
vive aquí abajo y me cuentas tu amargura.

No hay solo un rostro
enculado por la angustia
melancólica memoria
del buen tiempo ya pasado
y aunque el dolor no desaparece
ni gritando a viva voz
esta perra vida enseña
a engañarlo con amor."

       Al acabar la canción, Jordi ve a la gente marcharse dejando unas solitarias monedillas en el fondo de su estuche. También la triste mujer se ha perdido en la lejanía del bullicio urbanita y siente no poder alargar más un pésimo día que no le ha traído mas que para un carajillo.

      Su adorado menudeo musical se esta convirtiendo en una mala espina clavada en la espalda, con el dolor de una estocada que ya no le lleva a ninguna parte. Su voz se distingue por la melancolía cansada de sus recién cumplidos veinte años de calle en calle y tristezas reunidas de par en par.
      En otro tiempo, Jordi se codeaba con lo más pretencioso y refinado de la sociedad, navegando en un mundo de pantomimas recreadas en el lujo y la satisfacción del suponerse por encima de lo normal. ¿Que es normal en este ridículo mundo?- pregunta siempre. Lo que antes era normal para él, ahora le resulta de un desagrado especialmente repugnante y fuera de lugar. Aprendió colgándose su instrumento en los hombros que lo normal varía desde el punto de vista con que se mira, o se vive.
      Malas lenguas atraviesan pequeños muros que ha ido edificando desde su muerte. Nota como se descompone en pliegues inconscientes de andar arrastrando una cordura cada vez más incapaz de sostener un pensamiento cercano a la lucidez. Sus paseos posteriores por los psiquiátricos, no hicieron más que refugiarlo en su interior.
     Furtivamente de su Yo, adquiere tonalidades insospechadas, frecuentando bares de mala muerte en los que encierra sus voces tras la niebla del alcohol. Atrayentes de locura ciega y mordaz sanguijuela que lo aposenta en el terreno abismal de una contracción mental.

Recuerdo una mañana de invierno en especial. Me levanté con los ojos pegados, como de costumbre, por las “enriquecedoras” pastillas que nos  cebaban. El aire era del mismo olor nauseabundo de siempre, una mezcla de antiséptico y de químicos a través del sudor. Tras la ventana enrejada podía disfrutar de una blanca metamorfosis del parque cercano. Había nevado esa noche dando un estado metafórico de virginidad a la ciudad. Las enfermeras se paseaban con los ojos bien abiertos, como si llevaran dentro del cuerpo tres rayas de speed mañaneras, dándonos indicaciones de proseguir con la rutina diaria para no llegar tarde al almuerzo y el posterior reparto del medicamento. Abrí la ventana para que entrara el frío aire purificador de entrañas, al menos las mías en ese momento, y percibí una rara e increíble falta de presencia. A mi lado, justo a tres camas a mi izquierda, pude ver al mercader de sueños aun tumbado en la cama con los ojos cerrados y una sonrisa placentera que subrayaba el vacío. Y bien he dicho que lo vi. En ningún momento llegue a sentirlo entre nosotros. Sabía sin cerciorarme que ya nunca volvería a levantarse por si solo de esa cama con tantos sueños maltrechos. Seguí con lo acostumbrado, aunque ni el almuerzo podía rellenar la ausencia que sentía en ese momento. Al cabo de una hora, llegaron los enfermeros con una camilla desocupada y limpia. Cruzaron ante mí a un  tiempo que me pareció irrisorio y a cámara lenta. Al cabo de unos pocos minutos, volvían a cruzar la sala con el cuerpo del mercader cubierto con una sábana blanca. Me quedaban dos meses para salir de allí. Raro. 2 meses antes de morir, le regalé el libro One Flew Over the Cuckoo´s Nest, de Ken kesey.

Dando tumbos y a la séptima, consigue acertar con la llave y abrir la dichosa puerta que lo separa del retiro.

     Al entrar, encuentra sentada en su sillón cochambroso a la llorosa mujer a la que dedicó sin fortuna su canción. Ella lo mira a los ojos con la fijación del creciente despertar de su equis.

¿Crees en Dios?- pregunta Lucinda

Ummmf, mire señorita, Dios hace mucho tiempo que se amputó las manos, se cosió la boca y se quitó los ojos para no saber nada más de nosotros.
Somos los bichos más raros que ha creado la naturaleza, y eso me verifica que no es perfecta. Nada ni nadie es perfecto.

De todos modos……………………. ¿Quién quiere serlo?

      Jordi se desploma en la rechinante cama de la pensión y piensa con una certera claridad, algo que en tan solo unos minutos se disipa por caer en un sueño tan profundo como la inmensidad de un océano sin descubrir.

jueves, 23 de diciembre de 2010

33> Sueño stereo (Sound oldSystem)

 Lucinda sigue por un pasillo decadente, con varias puertas semiabiertas de las que emerge sin timidez una luz embaucadora, fría y temida. La misma luz de la que sus antepasados indios le hablaban en susurros y que una civilización desesperada por morir, la convirtió en el final deseado. Tras una de ellas oye gemidos y palabras disueltas por las paredes que separan, por poco tiempo, otro interrogante que la embarga. Recuerda, antes de cruzarla, la voz de su abuelo en su interior. "No se trata de como mueres, sino de como vives".

      Se encuentra en una sucia habitación, típica de un hotelucho de mala muerte. El aire es irrespirable y no tiene ninguna ventana. Le parece ver a una pareja en el suelo, pero no distingue nada con claridad, así que enciende la luz.

      Un perro sin raza se esta tirando a Shiva de cuatro patas.

      Hay decenas de botellas vacías de whisky alrededor.

      La lengua de ella se retuerce por las sacudidas.

      El perro tiene un no me olvides bien sujeto al rabo.

      Un paisaje desolado y viscoso, pero confortable a la vez para Lucinda. No tiene explicación para esta sensación. Ni la busca.

      En una de las destartaladas esquinas se encuentra un buey moribundo desmembrado y un burro cangrenado con miles de moscas incesantes en la disputa por sagrados trozos de corta vida.

      Un aborto de ángel hermafrodita sobrevuela la ceremonia de clausura de un pensamiento cercano al olvido.

      Parece que haya recorrido varios kilómetros dejando atrás miles de personas sobre una equis, para llegar al interior de una gigantesca placenta con un enorme feto del que nace un cordón umbilical roto y anudado en lagunas de memoria.

      Le asalta la diferencia de este con los normalmente suaves rasgos de no nacido, aún desdibujados, con su malformado cuerpo que está marcado con cicatrices que recorren su piel como fragmentos de un espejo al que se ha reflejado una crueldad sin inocencia.

      Roen sus tiernos brazos, larvas creadas de una violación a los durmientes erectos, marcándole números que se pierden en el finito de la búsqueda de humanidad.

      Asalto de miradas.

      Un tercer ojo cosido por los párpados en medio de su frente.

      Falto de sexo.

      Tiene un clavo perforando la frágil mano de una condición exhausta.

      Sin saberlo aun.

      Preparado para la rutina del dolor.

      Con la misma tranquilidad que ha mantenido todo el rato, Lucinda extiende el brazo para tocarlo con la palma de la mano bien abierta.

      Al momento, un sónico grito surge de su interior exprimiendo cada minúscula fibra que agolpaba en su consciencia.

      Dentro.



      Todo.



      Nada.

Tan solo un sentimiento. Volver.

martes, 21 de diciembre de 2010

32> ONE STRIKE ISN'T ENOUGH

Entre el séquito, 9 Caballeros se arrastran balbuceando La mezquita de Al-Aqsa. El desierto de lo subterráneo es la auto flagelación de esos –antes- seres humanos. Lo no corporeo se representa ante Lucinda como un espejo público. Se mean. Escupen. Solo hay uno de entre ellos que se fija en ella con mirada huidiza y le señala hacia el sentido contrario del que marchan.
- La guerra presentada como el advenir del animal – le dice. Escupe ante nosotros y no mires atrás.
Lucinda continua flotando y con la misma lentitud de los sueños, se aleja como se alejó de ella misma hace horas, o días, o meses, o años.
     Encuentra una larga cortina de seda azul colgada de no sabe qué para cubrir no sabe quien, de los que se puede oír, tras de ella, varios gritos de dolor ausentes de paz. A su margen hay dos hombres y una mujer jugando a cartas a los que se dirige y les pregunta por su interior.

      Esa respuesta llevaba rondándome toda la vida- contesta uno

      ¿Como pueden seguir jugando con esos gritos al lado?

      Estamos esperando nuestro turno.

      ¿Es aquí donde esta mi sitio?

      Lo siento mujer, las mismas dudas de las que te alimentas y eres, son la única respuesta que yo te puedo dar

      Lucinda atraviesa la cortina y aparece ante una bola colosal de metal enrejada. Tan grande como la capacidad de sorpresa de un niño de cinco años, al que no le ha tocado el jodido toque de la jodida desgracia.

      En su interior hay cientos de personas subidos individualmente sobre púlpitos sin gravedad, moviéndose de un lado a otro en el aire. Se extraña de que no choquen nunca entre ellos y que, a pesar de que los ve gesticular continuamente y de que no paran de mover la boca como si estuvieran hablando, desde donde esta ella, no oye absolutamente nada.

      Entra por uno de sus agujeros para que de pronto, escuche las voces de todos los residentes a la vez, en una incesante y molesta pajarraca que le resulta imposible comprender, y que no esta muy segura de si quiere llegar a ello.

      Se apoya en uno de los púlpitos flotantes para no golpearse la cabeza y acto seguido tiene al hombre que lo representa señalándola con el dedo acusadoramente.

      ¿! Está usted perdida!? ¡Todo el mundo lo está! ¡Los cerdos aprendieron a volar y dejaron su mierda como alimento del eterno Apocalipsis que devastará nuestro reino de miseria y cansancio! ¡Nos descubrimos como lo peor que habita la Tierra con nuestros desechos cerebrales y falta de fe!!Nuestras payasadas sin gracia por las que llegamos a morir!

      ¡¿Por qué no rezas mujer incauta?! ¡¿Acaso has perdido tú también la fe?!

      ¿A quien se supone que he de tener fe yo?

      La lacra no tiene fe alguna mujer ¿también tu caes en el goce de lo miserable y lo perdido? ¿De cuantas ratas necesitamos para olvidar llegar al divino que nos pertoca por la misma razón de ser? ¿Te han comido el cerebro las larvas?¿Tienes el alma en paro? ¡Escúchame! ¡No puedes darme la espalda!

      Todos sermonean o profetizan un final inminente. Lucinda se mueve con su agilidad acostumbrada esquivando como puede los restantes púlpitos y sus oradores. Está casi con un pie fuera cuando por sorpresa aparece ante ella, flotando también, una caja cerrada del tamaño de una típica de zapatos. Solo que esta, es de cobre oxidado y el polvo la recubre como si perteneciera a ella durante miles de siglos. Pasa su mano limpiándola levemente para descubrir que tiene una pequeña inscripción en un lado:

      "Esta es la palabra de Dios echa por el hombre".

      Abre la pesada tapa con el mismo cuidado y precisión que un cirujano principiante haciendo un trasplante de corazón tras una noche de resaca.

      Una pistola.

      No se extraña, la saca lentamente de la caja para que de golpe, todos los charlatanes se abalancen sobre ella como posesos.

      No se asusta, tan solo deja la pistola en el aire y se aleja unos metros. Hasta el apuntador va tras ella.

      El más cercano, o el más rápido en coger la pistola es un judío ortodoxo de larga barba blanca y unos ojos desorbitados. Se gira mirando a los demás y empieza a dispararlos indiscriminadamente. A pesar de los que caen por los balazos, los restantes siguen como Kamikazes intentando obtener la preciada arma para ellos.

      ¡Yo tengo la verdadera palabra! ¡Yo soy el profeta!

      La sangre flota a caudales alrededor.

      Sale.

      Desaparece la locura de sus gritos.

domingo, 19 de diciembre de 2010

31> Rusty Cage

Lucinda se siente desamarrada del segundero de un tiempo perdido. La caníbal diferencia del toque no selectivo de una jodida enfermedad, (transitoria si hay suerte en vida), que desciende de la falta de amalgama de brillos insinuantes y de continuo bombeo sanguíneo con la fuerza del amor latente.

      Empieza a mirar por todos los lados y fijándose atentamente, encuentra muy a lo lejos, una mancha negra que pinta este enorme vacío como curiosidad a la que visitar. Torpemente, se acerca a ella moviendo los brazos y las piernas como una rana. Estilo de brazada lo llamamos, pero Lucinda nunca ha sido muy elegante nadando y menos flotando en el aire. Tiene el sentimiento de que pasan horas, o minutos, o centésimas de segundo. Le da igual. Aquí el tiempo ya no importa. Es solo cuestión de espacio. Y ahora mismo, a medida que se aproxima, todo este espacio esta ocupado por esta singular mancha, que parece ser un inmenso e interminable agujero. No es perfectamente redondo y tiene en su interior como múltiples tentáculos que se mueven sin ningún orden aparente. Dando latigazos a la inverosimilitud de una respuesta en sus ojos permanentemente abiertos y claudicados a mirar. Poco a poco se va introduciendo en su oscuridad, la cual parece ahora tan infinita como el vacío que antes la rodeaba.

      Poco a poco.

      Sintiendo una paz indescriptible y a la vez, alarmante en lo visceral.

      El entorno empieza a cambiar y se da cuenta de que ya no esta sola. Delante de su nariz aguilucha hay un estupefacto hombre flotando sobre una equis y observando un parcial movimiento frente a él.
     Miles de imágenes se arremolinan por el interior formando resquebrajadas apariencias humanas, en un principio, para luego metamorfosear en tres viejas monjas ceñidas de latex negro y con tacones altos. Llevan el fetichista hábito mal cortado por delante hasta las caderas en forma de cruz invertida, enseñando unas medias rotas de rejilla en su interior. Sus pechos decaídos están descubiertos mostrándose como lenguas deformes de una vaca mugrienta, sujetados por cintas de cuero negro que las mantienen colgando sobre el que ahora parece, deleitado espectador sobre la equis.
     Del otro lado surge un obispo con quemaduras de tercer grado por su rostro imperturbable y con llagas sangrantes en sus manos y pies descalzos.
Se acerca a las monjas y convulsivamente las empieza a masturbar con gigantescos candelabros. A un ritmo frenético. Sin pausa. Ellas comienzan a sangrar creando una cascada frente al hombre que los observa con una baba inusitada.

      Bebe hijo, bebe y sáciate de la misma sangre que Jesucristo. ¿Acaso no somos todos hijos de Dios?

      A Lucinda no le repugna la escena. Posiblemente de otro modo hubiera causado ese efecto, pero no en el actual estado de consciencia. El obispo vuelve a repetir las mismas palabras. Y el hombre sobre la equis se agacha y bebe. Bebe hasta saciar el esperpento craneal que mantuvo en un silencio de tumba hasta la tumba. Lucinda los deja. Avanza por el agujero de carne sin piel que la proteja. Con multitud de venas y cables recubriéndola, con ganchos y cadenas clavados de un lado a otro como una telaraña metálica, haciendo mas dificultosa su maniobralidad.

      Ve.

      Transita.

      Cruza por todas partes con crucificados sin nombre a los que solo lloraron los muertos que habitan en el pasado. Anónimos que recitan en diferentes lenguas, pasajes y salmos de libros sacros memorizados durante años, mientras mujeres embarazadas los señalan en la ignominia cantando a coro nunca jamás.

      Sobrevuela el escenario de cosecha histérica para llegar frente a dos fundamentalistas islámicos. Ellos también tienen su equis marcada.
      Están llorando cabizbajos sobre la palma de una estatua de Buda completamente rota. Sus pedazos han sido colocados en forma de flechas que surgen de un centro, el cual es la cabeza partida, como queriendo señalar todos los puntos cardinales o creando así también, algo parecido al símbolo del Caos.

      Uno de ellos la ha visto y con mucha calma, extiende su puño cerrado hacia ella y susurra:

      ¿Puedes sujetar esto un momento? Abre su mano y le da un trozo de piedra.

      Lucinda rompe su continuo silencio y le pregunta por su significado.

      Es la pupila del ojo derecho de Buda. Mi hermano tiene la del izquierdo.

      Destruimos este símbolo pagano levantado por infieles a nuestras espaldas.

      ¿Y las lágrimas son de arrepentimiento?

      ¡No!. ¡Nunca!. Nuestro problema es que no sabemos en que dirección esta la Meca.

      Les da la espalda.

      Vuela.

      Olvida.

      Recuerda.

      Mira cercana como un hombre coronado de oro y su séquito van apartando a patadas las cabezas cortadas que les impiden el paso. Descubren sus pollas enfrentándolas a los cadavéricos restos de los hombres de Utopía.